Así es como, dentro de muy poco, los ojos serán nuestras nuevas manos.

Hay miradas tan intensas que sentimos que nos tocan. Vistazos que recibimos casi como una caricia de las manos de la novia, esposa, madre, hijo, hermana o amiga. También, lamentablemente, esos toques con los ojos pueden no ser del todo agradables; los de los inspectores de aduanas en los aeropuertos de algunos países suelen ser de los más incómodos.



Incluso, según el refrán, hay miradas que matan. Pero acá no nos estamos refiriendo a esas ojeadas sentimentales o de inspección. Pronto utilizarás tus ojos para poner en off el interruptor de la bombilla de tu recámara o tu novia utilizará los suyos para que no te entretengas viendo cosas inconvenientes en tu móvil.

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+Katherine